viernes, 22 de abril de 2011

Documento de la CANPO 5: Juventud

ARRAIGO Y JUVENTUD RURAL

 Presentación

"A los jóvenes les digo sean transgresores, opinen, la juventud tiene que ser un punto de inflexión del nuevo tiempo".
Néstor Kirchner

Por eso quiero rescatar la historia, pero también quiero una juventud que construya su propia historia, como la hicimos nosotros; ustedes son la generación del Bicentenario
Les pido que tengan ejemplos, pero que sean ustedes mismos, cada uno de ustedes, cada una de las horas, porque créanme que el gran vínculo que nos une a todos - desde 1810 a la fecha - es el inmenso compromiso por los intereses de la nación y con los intereses del pueblo, que son la misma cosa, nación y pueblo, pese a que algunos quieran diferenciarlo. No hay pueblo sin nación ni nación sin pueblo.
Por primera vez ustedes - generación del Bicentenario – se están incorporando a la política no contra alguien, sino por alguien, por una historia, por la Argentina por seguir mejorando las cosas.
Cristina Fernández de Kirchner

Introducción

Es sabido que en la historia de nuestro país la irrupción del peronismo en la escena nacional ha producido un cambio estructural en la relaciones de producción tanto en el sector industrial como en el sector agrario. Consecuentemente con este cambio aparecieron un vendaval de medidas de políticas que tendían a darle sentido a una de las banderas fundadoras del justicialismo, la justicia social -concepto inexistente hasta ese entonces-, recordemos pues como medida de política ejemplar, entre otras, la sanción del estatuto del peón rural que vino a corregir la injusticia del momento.
Una máxima de autoridad institucional política es que “la función indelegable de un gobierno es indicar los rumbos”, en consecuencia, escucha a los sectores y define políticas bajo una identidad y apoyado en ciertas concepciones ideológicas. Hasta aquí, eso ha hecho, por caso, la ley de medios audiovisuales, la asignación universal por hijo, etc. Y más particularmente, en el ámbito de la política agropecuaria, la disolución de la ONCCA, el proyecto de tratamiento de la ley contra la extranjerización de la tierra, la recepción del precio pleno del trigo, el combate al trabajo rural esclavo, la creación del MAGyP.
Junto a esto es necesario reconocer que existen 2 modelos de campo en la Argentina. Uno aquel representado por la mayoría de las entidades que plantearon el conflicto por la 125, que manejan grandes extensiones de tierras, además de mucho capital y tecnología, y que el mercado ya los beneficio. Otro habitado por los pequeños productores que conforman la Agricultura Familiar a los que hay que atender mas profundamente, es decir, fortaleciendo a los actores más pequeños de la producción con políticas diferenciales de inclusión, que sabemos necesitan de la intervención efectiva del Estado.

Descripción

La participación política como herramienta de inclusión social

Los jóvenes son la polea principal para el desarrollo nacional y regional. Asegurar la participación de la juventud rural en el proceso democrático es prioritario para poder asumir una ciudadanía plena y comprometida, dejando sentadas las bases que posibiliten un desarrollo acorde a las condiciones globales. Para hablar del desarrollo integral de una sociedad es necesario mejorar y desarrollar las potencialidades de los jóvenes. En este sentido, es necesario construir los escenarios de discusión política donde se puedan debatir ideas, compartir propuestas y proyectos, cumpliendo un rol activo en el proceso de construcción de una nueva Argentina.
En nuestro país existe la necesidad de dar cuenta de las nuevas modalidades de representación, que surgen a partir de las reformas estructurales en el marco de la globalización de las últimas décadas. En este contexto, nuestro país atravesó un período de profunda crisis económica, transformaciones sociales y políticas que llevaron a graves problemas de gobernabilidad y de inestabilidad. Como consecuencia, surgieron movimientos y organizaciones, a lo largo de todo el territorio nacional, que desde la sociedad civil representan a nuevos grupos excluidos y desplazados, que se caracterizan por poseer un bajo nivel de institucionalización política y que no encuentran respuestas a sus demandas desde los partidos políticos tradicionales.
Estos partidos, a su vez, se han caracterizado por una falta de flexibilidad para la incorporación de las nuevas generaciones. Estos fenómenos desincentivan y muchas veces impiden la participación democrática plena de los jóvenes. El nuevo escenario de participación nacional se propone hacer frente a este impedimento brindando un espacio inclusivo donde puedan participar jóvenes de todas las regiones del país desde sus agrupaciones políticas, movimientos sociales y organizaciones civiles.

Tuvimos una juventud maravillosa, organizada, con participación y fuertes ideales. Fue diezmada y desaparecida a través de un proyecto de destrucción sistemática del tejido social.
Los jóvenes fueron de los principales afectados en las crisis económicas, sociales y políticas en nuestros países, se puede afirmar que son los jóvenes los que salieron mayormente golpeados de las principales crisis de la región desde los inicios coloniales hasta nuestros días. La aplicación de políticas neoliberales empujo a miles de jóvenes a la marginación, la exclusión, al olvido.
Nunca está demás recordar el daño que sufrió y sigue sufriendo la juventud como consecuencia de las políticas neoliberales tomadas en la década de los 90’s. La juventud fue el principal objetivo de aniquilación en las dictaduras militares y sigue siendo bombardeada diariamente por las campañas atomizadoras del mercado.
Como tampoco está demás decir, que a la hora de defender a nuestros pueblos, su unidad y su gente, son los jóvenes que están en primera fila a la hora de dar la lucha, recordar Malvinas, recordar la rebelión del 2001, donde fueron los jóvenes que en la lucha callejera y en las ideas encabezaron los principales reclamos. Y siempre fue el pueblo y sus hijos sin importar banderas partidarias que desde la lucha integraron realmente nuestra nación. Todos ellos en su gran mayoría jóvenes menores de 35 años.
Con esto no se trata de victimizar al sector juvenil sino, todo lo contrario, porque se ha superado la mayoría de estos males y los que todavía afectan como lo son la desigualdad social y la crisis de representación, están siendo enfrentados hoy directamente.
No se puede pensar en una Argentina integrada si no se la piensa con la juventud como sector activo, no se puede hablar y discutir cómo supera y disminuir la desigualdad social en nuestros pueblos sino se abre y se fortalece la participación de los jóvenes.
El crecimiento económico que está viviendo nuestro país no alcanza por si solo, el desarrollo sostenible exige la creación de un tejido productivo, empleos dignos y en gozo de los plenos derechos del trabajador.
Hay que multiplicar los espacios de negociación colectiva, los espacios de diálogo entre los sectores públicos, privados y la sociedad civil. Lugares imprescindibles para regular las condiciones de trabajo en el territorio rural y promoción de la protección social de los y las hombres y mujeres de nuestro país.
Estamos mejor que hace 30 años, estamos caminando hacia adelante, pero nos falta todavía, se han encontrado realidades estructurales comunes en todas nuestras realidades locales: la priorización de los intereses de unos pocos por sobre los de la mayoría; de lo privado por sobre lo público; una visión de corto plazo; falta de planificación; la violación del derecho de acceso a la información y la participación; la acción desarticulada de los movimientos sociales, culturales, políticos, ambientales, etc.
Es fundamental fomentar inversiones responsables, públicas y privadas, con criterio integral y de largo plazo; para que la sustentabilidad económica de nuestro país no socave la sustentabilidad social y ambiental.
La diversidad de nuestras realidades merece, de mínima, ser expuesta y reconocida.
La cooriente CANPO debe ser un intento de explorar oportunidades para la participación de los jóvenes a lo largo y lo ancho de nuestra patria.
Los jóvenes rurales, invisibles en muchos casos e ignorados por las políticas públicas, siguen ahí, anclados a sus tierras, sostenidos por la fuerza de sus convicciones y su deseo de quedarse en el campo, son parte de la historia de nuestra tierra, saben y sienten el inmenso valor de la palabra arraigo.
Los jóvenes rurales nacen, crecen y permanecen juntos a sus familias en la tierra que los alimenta y los protege.  Ellos son parte de los miles, y miles de pequeños y medianos productores que generan los alimentos para todos los argentinos. Ellos, los jóvenes rurales, son los actores fundamentales al momento de pensar y diseñar políticas que incorporen valores y sentimientos colectivos.
El desarrollo es un desafío político. El territorio, la tierra, es el lugar de pertenencias natural de los jóvenes rurales. Por lo tanto, el desarrollo rural es un proceso de construcción donde ellos, deben asumirse como protagonistas de su ejecución.
Entendemos que hay dos procesos inevitables que afectan y afectarán la vida de los pueblos del interior: la provisión de alimentos al mundo y la propensión a la seguridad alimentaria de nuestro pueblo. Ambos procesos generan preguntas, muchas de ellas aun sin respuesta, pero estas repuestas deben ser develadas con la participación de los jóvenes, deben sentirse parte de este proceso, la inclusión de la juventud en las instancias de toma de decisión de los procesos de desarrollo rural de nuestros gobiernos -nacional y provincial- debe realizarse.
El desarrollo rural ya no responde a un modelo previo que se impone a los habitantes, sino que es un proceso de construcción social. Hace ya varios años, que desde el estado se optó por implementar políticas, donde los agricultores y las agricultoras familiares adquieran capacidad para definir su propio rumbo. Ellos son los únicos capaces de generar un desarrollo asociado a sus raíces.
En el marco de estas nuevas políticas de desarrollo rural, los jóvenes funcionan como dinamizadores de la producción y las relaciones sociales. Los jóvenes son energía de cambio, de transformación, de generación de nuevas capacidades, de impronta asociativa.
Los jóvenes no son el futuro. Los y las jóvenes de nuestro país son el presente, hoy más que nunca, en la lucha por los derechos humanos, por los derechos sociales, por la igualdad social, por la integración cultural y en la regeneración de nuestra identidad, por el arraigo, las organizaciones de jóvenes no solo deben levantar las banderas de nuestros próceres sino que son la polea de construcción y de lucha para la concreción del “Sueño de una Patria Grande y un Pueblo Feliz”.

Políticas Públicas para la juventud rural

Las iniciativas desarrolladas desde el 2003 hasta ahora por todos los programas de desarrollo rural del MAGyP han cumplido ampliamente sus objetivos con respecto a instalar un ámbito de formación y encuentro para los/as jóvenes de la agricultura rurales de la República Argentina. Han brindado a estos/as últimos/as, en los encuentros que han tenido lugar hasta la fecha, importantes herramientas conceptuales y prácticas para el diálogo político, la organización y  la elaboración de propuestas vinculadas a la temática. Asimismo, se destaca su carácter profundamente federal.
Un primer análisis de los debates que se dieron lugar en los diferentes encuentros realizados, con preferencia al encuentro realizado durante el 1° semestre del 2009 –Encuentro Costa Salguero-, arroja interesantes observaciones, entre las que destacaremos algunas que nos parecen particularmente relevantes para la elaboración de políticas públicas, nacionales y /o regionales.

Propuestas

Desafíos futuros
Debemos trabajar teniendo en cuenta la doble dimensión de abordaje del tema juventud.
a. Agenda de la Juventud Rural: Entender a la Juventud Rural como un sector destinatario de un conjunto de políticas públicas que tiendan a promover el arraigo en su medio rural con programas de apoyo a los emprendimientos  de los jóvenes, con servicios de asistencia técnica y financieros adecuados. Promover los instrumentos para que los jóvenes rurales accedan a educación de calidad, a través de experiencias de educación formal y no formal adecuadas al ámbito rural. Discutir  experiencias de colonización y acceso a la tierra por parte de los jóvenes. Fomentar el rol de la juventud como destinatarios de aplicación de nuevos modelos de producción sustentables y agroecológicos.
b. Jóvenes Rurales, políticas públicas y participación: Considerar al joven rural como un actor de transformación de los escenarios de participación política. Para ello consideramos necesario definir un sistema de formación permanente de jóvenes como dirigentes claves  del desarrollo de una política inclusiva y como animadores  de procesos de desarrollo rural sustentable en el marco de una política agropecuaria y agroindustrial nacional e incluyente.
Tener, a la vez, la posibilidad de formalizar espacios institucionales de planificación participativa de las políticas públicas  de juventud rural en nuestro país, tanto en los ámbitos estatales nacionales como provinciales.
Establecer espacios de dialogo político entre el gobierno y las organizaciones juveniles agrarias de nuestro país.
Promover en este sentido, una red nacional de promotores de desarrollo de la Juventud Rural. 

Objetivos de una Política Pública
Contribuir a la afirmación de la identidad y el arraigo de los jóvenes
• Promover las capacidades de reflexión, análisis y trabajo sobre valores
• Fomentar la ampliación de sus conocimientos y saberes
• Facilitar el acceso a nuevas habilidades y oportunidades laborales
• Brindar herramientas para la inserción productiva de los jóvenes
• Promover acciones específicas para fomentar la inserción productiva
• Facilitar el acceso a bienes naturales y financieros específicos para el desarrollo de los proyectos productivos
• Articular con instituciones públicas y privadas que trabajen con jóvenes



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